lunes, 2 de junio de 2014

Aún huyendo, desde cada escondite, continuó la distribución de droga


En agosto del año pasado, se decía que la policía investigadora de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal creía que había alguna pista en Hidalgo, cerca de los tiros de las antiguas minas, en los barrios altos de Pachuca.

Axel Chávez / Pachuca
Dicen que profesaba la santería, por eso llevaba collares de colores y otros artilugios pagano-religiosos que creía lo protegerían.
Se había refugiado en Morelos, Guerrero y los límites entre Hidalgo y el Estado de México, donde finalmente fue capturado, en un rancho en Nextlapan, por agentes de la Dirección de Inteligencia Operativa, casi un año después de que planeara y ejecutara el secuestro y homicidio de 12 jóvenes del barrio de Tepito en un bar en la Zona Rosa de la capital del país, por un ajuste de cuentas entre bandas narcomenudistas.
Aún huyendo, desde cada escondite, continuó la distribución de droga en los centros nocturnos de la Condesa, por ello, cuando fue aprehendido, “el Javi” tenía bolsas con casi dos kilos de cocaína, cientos de pastillas sicotrópicas y grapas.
En agosto del año pasado, se decía que la policía investigadora de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal creía que había alguna pista en Hidalgo, cerca de los tiros de las antiguas minas, en los barrios altos de Pachuca. Por ello buscaron evidencias para localizar, en los vestigios de la ciudad minera, rastros de quienes, en aquel entonces, todavía se veían como desaparecidos, pues en ese tiempo ni la PGR imaginaba que los cuerpos ya estaban sepultados bajo tierra en una fosa clandestina, cubierta con cemento, abasto y cal, en Tlalmanalco.

Buscaban pistas…, por ello también se dijo que los agentes ingresaron a los populosos barrios de San Juan y El Lobo, que, si bien son emblemáticos por ser tan viejos como la ciudad, cuentan con altos índices delictivos, por ello creyeron que implicados podrían estar escondidos ahí. Sus suposiciones, además, estarían basadas en testimonios de participantes del rapto.
Dicen que la PGR buscó entre los tiros de mina (Especial)
Del Lobo, dicen sus propios habitantes, renuentes con quien es ajeno a su terruño, sólo se habla por los delitos, pues citan que aquí han desaparecido personas, ha habido riñas, peleas campales, e incluso “un día hasta el cuerpo de una mujer pendía de una agujeta”. Todo entre esas casas arrodilladas en los suburbios de Pachuca.
La gente no sabe si ahí se pudo esconder el Javi, no lo recuerdan y ahí todos se conocen.
Se decía que hasta aquí la policía seguía pistas, aunque la Procuraduría General de Justicia del Estado afirmara rápidamente que en territorio hidalguense no había ninguna búsqueda relacionado con el caso Heaven.
Hoy, el propio autor intelectual confesó que estuvo tiempo escondido en Hidalgo, sin detallar en qué sitio.
Los cuerpos de los desaparecidos aparecieron en una fosa (Especial)
La travesía que inició el 26 de mayo de 2013 alrededor de las 11 de la noche, cuando un comando armado privó de su libertad a 12 jóvenes en aquel bar, culminó para las autoridades mexicanas con la captura de  Javier Rodríguez en los límites del estado, quien, antes de ser arrestado, intentó agredir a los agentes, que lo sometieron, y lo bajaron del vehículo negro a cuyo espejo retrovisor le había enredado collares, símbolos de su fe en la santería.
Con el ya son 24 detenidos. Una cacería que emprendió el gobierno en la búsqueda de huellas de los culpables, que le hizo recorrer diversos estados sin encontrar, hasta ahora, mas que los 12 cuerpos en un tiradero clandestino, y eso varios meses después del hecho.

El Javi hubiese podido seguir libre, de no ser porque su ex pareja, al saberse engañada con otra mujer, a la que, dice, ya le había comprado una casa, lo delató con las autoridades, de quien estuvo prófugo 362 días.

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